lunes, 30 de marzo de 2009

VI

Aún cuando lloran las rosas al alba,
no lo hacen por los muertos del sendero;
si todos van quedando en el lindero
importa poco ya lo que se entabla.

Fue un camino infinito, y ahora es malva
por la amplitud bestial del moridero.
Si cierto una vez fue, fue pasajero,
y no hay ya, en la caída, red ni tabla.

Sí, las ideas destruyen la Fe, pero
si andamos para nada más morir,
hay que vivir entonces sin motivo.

Puede que lloren las rosas que escribo
mas su llanto es solo agua, no el sentir
que todo acaba en nuestro matadero.

1 comentario:

  1. Vuelvo con ganas y disfruto de tu verdad aunque sea dolorosa, pero el acto mismo de vivir para acabar es tremendamente doloroso.
    A la fe la sostiene la creencia,mientras que a la idea la sostiene la razón.

    El " vivir sin motivo " es una cuestión presente en mi camino.

    Encantada de visitarte, un abrazo en esta incomprensible realidad

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